sábado, 8 de mayo de 2010

Cierro los ojos ,huelo....

Caja de lápices nuevos, pan tostado,nafta,gomas de borrar pequeñas con formas varias, café molido a la vista, puerto de Mar del Plata, humo de pastizal quemado en las rutas de Santiago, jazmines ( pero de esos que te reciben y sorprenden),
Pochoclo con caramelo en la fila del cine, tuco (presagio de almuerzo familiar), tierra mojada, canela (sobre el cappuccino, imposible no inclinarme sobre la taza), shampoo de manzanas, frutillas (apiladas groseramente en cualquier esquina de Tucumán), chicle globo de frutilla, almendras.
Hospital,farmácias.Quitaesmaltes.Mirra.Libro viejo.Encierro.Madera.
Establo.Zológico.Crema de manos Hinds.Cerveza (recién abierta).Rollo de fotos nuevo.
Ascensor del que baja un vecino muy perfumado todas las mañanas, siempre igual).
Cohetes y fuegos artificiales (indudable Diciembre)
.Bebé, ropa de bebé, casas con bebes. Lavanderías y tintorerias.Jabón.Melón.
El bar " El trust pastelero ".Ropa de salidas nocturnas, justo antes de dormir, basura, velorio.
Plástico (autos nuevos), desodorizantes de ambientes con formas de pino colgando en las taxis (siempre huelen igual y asquean).
Perfumes en tiritas de cartón (rápido muestreo de las perfumerías), alimento para perros, ungüentos mentolados para el resfrío, bizcochuelo horneandose, limón.
Chocolate, recién abierto, antes de empezar a saborearlo.
Y los centímetros que separan tu hombro de tu boca, cada vez que te abrazo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

acequia colon (olor a aca)
Gonzalo

Martin Pannari dijo...

los aromas son muy extraños.
y muuuuuuchas veces me destruyen. un olor conocido te remonta al pasado, a alguna situación vivida, con mucha mas facilidad que lo que te puede entregar cualquiera de los otroas 4 sentidos.

Cari dijo...

Gon....si!

Cari dijo...

Martin:
Una vez leí que el olfato es el más poderoso de los sentidos, y que además es el que más se imprime en nuestra memoria.
Besos!

Anónimo dijo...

Los mercados de ciudades fronterizas son una aventura, mi percepción siempre se ha maravillado ante ese universo de colores y aromas desconocidos. Todos se parecen, mas todos guardan sus diferencias.
Lo exótico habita en ellos, lo sensual también. Extrañas especias, raros frutos, arcanos polvos, retorcidos tubérculos, sacos de misterioso contenido, comidas indescifrables, celosas recetas, hojas invasivas, carne expuesta, verduras bizarras; y también el aroma de la corrupción inminente, el de la tierra en las manos, el olor de la fatiga, el de gente con prisa, el de la necesidad. Todo ello parece delimitar una pequeña ciudadela, un lugar de normas propias, un laberinto que se extiende invisible hacia el exterior, hasta abarcarlo todo. Nadie lo nota, pero su red los alcanza, como el olor, que se difumina en solo algunos pasos pero secretamente los constituye.
Los mercados hablan en voz alta de su país, gritan con olores.

El Anónimo de la vez pasada.

Cari dijo...

¡La pucha Don Anónimo!

No tengo la suerte de conocer mercados de ciudades fronterizas,nosé si las diferencias serán muchas. Lo cierto es, como lo dije en algún momento que las ciudades huelen, se huelen..
Por otro lado, repito,despúes de leerlo, me dieron ganas de comprarme un kilo de pimentón, medio de cúrcuma y un ramito de laurel.