Es que llego una fuerza que se volvió más que vital, y si llega hay que dejarla que avasalle, que tire abajo todo lo previsible y estructurado.
Lo cierto era la fiereza de lo incierto, abriéndose paso.
Llamas de fuego devoran los miedos, y no queda otra que arder.
Después de todo, ¿Qué mal puede hacer un poco de esperanzas?
martes, 8 de junio de 2010
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2 comentarios:
...Y si lo puse al Maestro Sandro de puro cavalera nomás!!
la esperanza? en principio creo que ningún mal. el problema es cuando en nuestra mente empieza a convertirse en casi una certeza, que después si no se materializa, puede dañar.
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