martes, 1 de junio de 2010

El tiempo está después...

_ Cari, tomate un tiempo.

-¿Qué?
Me senté y miré fijo mis pantuflas que luchaban contra la gravedad para no suicidarse en esos 20 cm que nos separaban del frio cerámico, el cerámico tiene firuletes amarillos y un fondo rojizo y un gris trajinado de pisadas.
Debe ser algo así como, reinscribir fechas en el almanaque, intentar que un Enero no sea más "Enero" o que "Mayo" vuelva a ser el mes insípido que siempre fue, mucho antes de intentar que "el tiempo pase".
Quizás se trata de pasar por este bar, el cine, por otros labios, otros olores y que este tiempo sea tomado y pierda significancia.
Entonces comprendo la intención de sus palabras.
" Tomate un tiempo".
Se me dibuja una muequita bastante descreída, se viste de una esperanza que presume no hacerle mal a nadie...
Recuerdo ese dolor que paraliza, el estómago pegado en mi garganta, el aire luchando por circular, y desde un auto mirar la gente ir y venir...Y yo aquí.
Viendo el tiempo pasar.
Y están esas grandes alegrías, que vienen corriendo desde el fondo de la memoria y se estrellan en mi boca como una gran anécdota y chorrea la risa por mi cara.
Eso, que me vuelve afortunada más allá del tiempo.
Y todas esas cosas, esas son las que estoy mirando hoy.
Todas éstas que tengo aquí, al lado de este pie que baila ahora descalzo, luchando con el frio que me trepa como un bicho, que trato de espantar en vano.
Lo que el almanaque no se traga.
Mi tiempo no es del almanaque, viene de otro lugar.
Respirar.
Me levanto en busca de calor para estos pies helados.
Dejando que la memoria vuelva a ordenar lo que vino a decir.
Esta memoria mía, que une lo que no fue a lo que ya no es.




El tiempo está después
Liliana Herrero

2 comentarios:

Cari dijo...

"Tendremos suerte si aprendemos"

Cari dijo...

El tiempo era todo lo que vivimos hasta que finalmente comprendemos.