lunes, 2 de agosto de 2010

De puño y letra

Las escribí, las recibí, una vez las queme también. Las cartas de amor, me resultan muy curiosas, y hace varias semanas que escucho que se están escribiendo alrededor mio.
Las han escrito, recibido y también se deshicieron de ellas.
¿Qué sera de los coleccionistas de estampillas? ¿y qué sera de la sorpresa de ver llegar al cartero?
Hace mucho tiempo, yo escribía periódicamente a mis primas en Tucumán, y también recuerdo los cálculos para que lleguen a tiempo, en vísperas de fiestas o de cumpleaños.

La era de la informática nos dio muchas facilidades, rapidez y comodidad.
Sin embargo, y me llamarán, romántica y cursi, prefiero los "te quiero" de puño y letra,al fin y al cabo, en Arial 12 todos se leen igual.

Para hoy convido a :

Liliana Herrero y Juan Falù (Guitarrista) interpretan "Cartas de amor que se queman" sobre un poema de Manuel J. Castilla y mùsica de Cuchi Leguizamòn.
Y una poesía de Fernando Pessoa que me llego desde el otro lado del mundo,en días como hoy, la vida cabe en un click.

Todas las cartas de amor son ridículas.

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera en el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).
Álvaro Campos ( Fernando Pessoa)


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