domingo, 12 de septiembre de 2010

De los finales y otros inevitables

Es muy cierto, todos los finales son en más o menos lineas, la misma cosa.
Generalmente hay uno que queda queriendo, y otro que se sienta en esa silla maldita de ver sufrir a quien tanto , alguna vez, amo.
Para los creativos, el dolor es una época fructífera, y se sabe bien, que el arte cura, hay quien para batallar el temporal, busca el desahogo en los excesos, que simplemente empeoran el panorama.
Si hasta aquí, usted lector,piensa que este post es un bajón puede estar en lo cierto, pero sepa que cuando uno esta ahogado en las llamas de la melancolía no queda otra que echarse a nadar, y atravezarla.
Alguien una vez me enseño que el enojo es un medio y no un fin en si mismo, hoy creo que la tristeza es exactamente lo mismo.
Ese inevitable que se impone y a contrapartida viene algo, o alguien, que lo hecha a rodar.
Hoy que es Domingo, de nuevo, como cada seis días, sobreviene esa angustia , ese final de fiesta que no nos merecemos.
Entonces me prometo solemnemente que el próximo Domingo la tarde sera por lo menos calma, que el final de la fiesta de la semana no me encuentre con gusto a poco en la boca.
Pero hoy viene gris el Domingo, y lo dejo ser, sabiendo que a pesar de que se impone, la melancolía no atrapa.

¡Qué sea entonces!

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