La vida de Funes se ha tornado pura repetición consumada,en una medida solo posible,por cierto en un personaje literario.Toda organización se ha perdido: no hay pasado,presente, ni futuro. Ninguna distinción entre vigilia y sueño,entre percepción e imaginación,ninguna diferencia entre día y la noche,entre exterior e interior.
Ni siquiera la hay entre consciencia y memoria,procesos que Freud considera incompatibles dentro de un mismo sistema(Sic).
Funes disponia en el mismo momento de la plena consciencia y de la totalidad de su memoria,que no se excluían.
Ambas eran además totales,sin perdida absoluta.
La destrucción de la barrera protectora contra estimulos es,podria decirse completa: todo llega sin atenuación,sin filtrado,tanto desde fuera como desde adentro..
"El presente era casi intolerable de tan rico,y tan nítido,y también las memorias más antiguas y más triviales[...] Ahora su percepción y su memoria eran infalibles".
sábado, 24 de julio de 2010
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1 comentario:
Gracias a Wayne que me recordó el cuento. Pasen por su blog que esta genial.
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